En griego antiguo Ἑκάτα Hekáta, Diosa de las tierras salvajes y de los partos.
Su origen se relaciona con los carios de Anatolia, pero posteriormente los griegos la adoptaron entre sus divinidades
Su función en las encrucijadas proviene de su esfera original como diosa de las tierras salvajes y las zonas inexploradas, al adoptarla los griegos en los cruces situaban estatuas con tres máscaras mirando a cada dirección, también la situaban en otros puntos como cementerios, bosques, fronteras..
Inicialmente se la representaba con una antorcha, iluminando las zonas oscuras, en otros con un cuchillo para cortar la unión del mundo de los vivos y de los espíritus
Aunque nunca fue incluida en los Dioses del Olimpo, al dominar tierra, cielo y el Submundo, fue adquiriendo poder y entre sus dones estaba el arte de la adivinación, por lo que mantuvo un buen número de fieles seguidores.
Una de sus sacerdotisas, fue Medea, bruja y gran conocedora de los hechizo con hierbas y venenos. Por lo que se asocia el uso de ajo, lavanda, tomillo, mirra, diente de león y a venenos y alucinógenos como la mandrágora, cicuta, belladona o el acónito.
Posteriormente en la Alejandría ptolemaica fue adquiriendo los trazos de divinidad oscura y hechicera y siendo la Diosa del Mundo Subterráneo.
Sus primeras representaciones eran simples, pero fueron evolucionando hacia la Triada.
Magia y la Escuela de Eulesis:
Junto con Démeter (Madre de Perséfone, divinidad de la Tierra) y Perséfone, Hécate tambien era la guardiana de la entrada de Eleusis, la más famosa de las Escuelas de misterio griegas.
Persefone no tenía una posición estable en el Olímpo, mas tarde sería conocida como la reina del Inframundo o la Reina de los muertos, se refería a ella como “La doncella”, fue cortejada por Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, pero ella los rechazó. Un día, en un campo rodeada de ninfas, una grieta se abrió del suelo y Hades la raptó. Durante nueve días Démeter buscó a su hija, hasta que encontró la ayuda de Hécate y consultaron al Dios Sol, Helio, que todo lo ve.
Hay dos versiones, en una fue Hermes y en otra fue Hecate, quienes rescataron a la joven Persefone, pero una maldición pesó sobre ella, engañada por Hares, comió unas semillas de granada (comida de los muertos) que la mantendrían atada al Infierno, obligándola a volver seis meses al año.
Fue durante este viaje y rescate en el infierno, donde a Hecate le fueron revelados los misterios de la magia. Y la historia del rapto formó parte del rito iniciático de los misterios eleusianos.
Por ello, la relación del número 3 en muchos cultos se la representa con 3 cabezas (el 3 siempre es un número mágico): en ocasiones animales como el león, perro y yegua, en otras acompañada por Cerbero, el mítico perro guardian de 3 cabezas.
De nuevo nos encontramos con versiones como la doncella, la mujer y la anciana.
Tambien forma parte de la Triada Femenina: Selene: Reina del cielo nocturno, Artemisa Reina de la Tierra y Hécate Reina del Submundo.
Concretamente había un templo consagrado a Hécate en el recinto del templo de Artemisa en Éfeso, donde oficiaban los sacerdotes eunucos (Estrabón, xiv.1.23).
Hécate fue usada por William Blake en varios de sus cuadros y poemas, en la actualidad es un nombre relacionado en el mundo del rol y de los cómics, utilizada por autores como Mignola en su serie Hellboy.
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